Pero aún así, nos pareció oportuno, agradecer a las poderosas manos de los niños esclavos hornallos.
Niños abnegados, que sacrificaron un sábado perfecto para, otra vez, poner en acción tanta pero tanta pericia acumulada en los años.
Y así, haciendo gala de sus destrezas, dejaron las paredes de La Fabrica espléndidas!







Gracias chicos, muchas gracias!
1 comentario:
felicitaciones !!
Nosotros tambien sabemos el trabajo que es tener un espacio de arte.Los esperamos por La Calera.
Virgy
Publicar un comentario